sábado, 28 de abril de 2007

Fisiología de la sangre (1° parte)

La sangre desempeña numerosas funciones, entre ellas el transporte de los gases respiratorios, las moléculas nutritivas, los desechos del metabolismo, y las hormonas. La sangre se transporta por el cuerpo por un sistema de vasos que salen del corazón y retornan a él.

Un organismo unicelular asegura su mantenimiento y continuidad realizando la extensa gama de funciones necesarias para la vida. Por el contrario, el cuerpo humano complejo está formado por células especializadas con división del trabajo. Las células especializadas de un organismo multicelular dependen entre sí para los aspectos más básicos de su existencia. Dado que la mayoría están firmemente implantadas en los tejidos, es necesario se les sean llevados el oxígeno y los nutrientes, y que sean eliminados los productos de desecho. hace falta un sistema muy eficaz para transportar las sustancias en el interior del cuerpo. La sangre realiza esta función de transporte.

Se calcula que en el cuerpo de un adulto existen 100 000 kilómetros de vasos que aseguran que el sustento alcance de forma continua cada una de los billones de células vivas.

Pero la sangre también puede transportar virus y bacterias patógenos, y sus toxinas. Para protegerse contra ello, el sistema circulatorio posee mecanismos protectores —los leucocitos y el sistema linfático.

Con el fin de realizar sus diversas funciones, el sistema circulatorio trabaja coordinadamente con los sistemas respiratorio, urinario, endocrino y tegumentario en el mantenimiento de la homeostasia.

Funciones del sistema circulatorio.

Las funciones del sistema circulatorio se pueden dividir en tres áreas amplias:

1.- Transporte

2.- Regulación

3.- Protección.

1. Transporte. Todas las sustancias esenciales para el metabolismo celular son transportadas por el sistema circulatorio. Estas sustancias se pueden dividir de la siguiente manera:

1.a. Respiratorias. Los glóbulos rojos, (eritrocitos), transportan oxígeno a las células. En los pulmones el oxígeno del aire inspirado se une a las moléculas de hemoglobina del interior de los eritrocitos y es transportado a las células. El dióxido de carbono producido por la respiración celular es transportado por la sangre a los pulmones y eliminado con el aire espirado.

1.b. Nutritivas. El aparato digestivo es responsable de la degradación mecánica y química del alimento de forma que pueda absorberse a través de la pared intestinal al interior de los vasos sanguíneos del sistema circulatorio. La sangre transporta después, a través del hígado y a las células del cuerpo, estos productos de la digestión absorbidos.

1.c. Excretorias. Los desechos metabólicos (como la urea), el exceso de agua y de iones, y otras moléculas que el organismo no necesita son transportadas por la sangre a los riñones y eliminadas con la orina.

2. Regulación. El sistema circulatorio contribuye tanto a la regulación hormonal como a la de la temperatura.

2.a. Hormonal. La sangre transporta hormonas desde su lugar de origen a los tejidos diana distantes, donde desempeñan diversas funciones reguladoras.

2.b. Temperatura. El desplazamiento de la sangre de los vasos cutáneos más profundos a los más superficiales o viceversa contribuye a la termorregulación. Cuando la temperatura ambiente es elevada, la desviación de la sangre desde los vasos profundos a los superficiales ayuda a enfríar el cuerpo. Cuando la temperatura ambiente es baja, la desviación de la sangre desde los vasos más superficiales a los más profundos ayuda a mantener el calor corporal.

3. Protección. El sistema circulatorio protege contra la pérdida sanguínea por heridas, así como contra microbios o toxinas extraños que se introducen en el organismo.

3.a. Coagulación. El mecanismo de la coagulación protege contra la pérdida sanguínea cuando se lesionan los vasos sanguíneos.

3.b. Inmunidad. La función inmunitaria de la sangre la realizan los leucocitos (glóbulos blancos sanguíneos) que protegen contra muchos agentes productores de enfermedades (patógenos).

Composición de la sangre.

La sangre consta de elementos formes suspendidos y transportados por un líquido denominado plasma. Los elementos formes —eritrocitos, leucocitos y plaquetas—actúan, respectivamente, en el transporte de oxígeno, la defensa inmunitaria y la coagulación sanguínea. El plasma contiene diferentes tipos de proteínas y muchas moléculas hidrosolubles. El volumen sanguíneo total de un adulto de tamaño medio es aproximadamente de 5 litros, y constituye en torno al 8% el peso corporal total.

La sangre que abandona el corazón se denomina sangre arterial. La sangre arterial, con excepción de la que se dirige a los pulmones, tiene un color rojo brillante debido a la concentración elevada de oxihemoglobina (combinación de O2 y Hb) existente en los glóbulos rojos.

La sangre venosa es la sangre que regresa al corazón. A excepción de la sangre venosa de los pulmones, contiene menos oxígeno, y por lo tanto tiene un color rojo más oscuro que la sangre arterial rica en oxígeno.

La sangre está formada por una fracción celular, denominada elementos formes y una fracción líquida, denominada plasma.

Cuando se centrifuga una muestra de sangre, los elementos formes más pesados se acumulan en el fondo del tubo, dejando el plasma en la parte superior. Los elementos formes constituyen aprox. el 45% del total del volumen sanguíneo (medida denominada hematócrito), y el plasma el 55% restante


Plasma.-

El plasma es un líquido de color pajizo que consta de agua y de solutos disueltos. El soluto principal del plasma en términos de concentración es el Na+. Además de Na+ el plasma contiene muchos otros iones, así como moléculas orgánicas como metabolitos, hormonas, enzimas, anticuerpos y otras proteínas.

Proteínas plasmáticas

Constituyen entre el 7 y el 9% del plasma. Los diferentes tipos de proteínas son: albúminas, globulinas y fibrinógeno.

Albúminas suponen la mayor parte de las proteínas plasmáticas (60 al 80%).

Producidas por el hígado y proporcionan la presión osmótica necesaria para atraer agua del líquido tisular circundante hacia el interior de los capilares.

Globulinas se agrupan en tres tipos: alfaglobulinas, betaglobulinas y gammaglobulinas. Las alfa y beta globulinas son producidas por el hígado y actúan en el transporte de lípidos y de las vitaminas liposolubles. Las gammaglobulinas son anticuerpos producidos por los linfocitos e intervienen en la inmunidad.

Fibrinógeno, supone tan sólo el 4% del total de las proteínas plasmáticas: importante factor de coagulación producido por el hígado. Durante el proceso de formación del coágulo el fibrinógeno se convierte en filamentos insolubles de fibrina. Por lo tanto, el líquido en la sangre coagulada, denominado suero, no contiene fibrinógeno, pero por lo demás es idéntico al plasma.

Volumen plasmático.

Diversos mecanismos reguladores del cuerpo mantienen la homeostasis del volumen plasmático. Si el cuerpo pierde agua, el resto del plasma se concentra en exceso —su osmolalidad aumenta. Esto es detectado por osmorreceptores del hipotálamo, y da lugar a una sensación de sed y a la liberación de hormona antidiurética (ADH) por la neurohipófisis. Esta hormona promueve la retención de agua por los riñones, lo cual, unido al aumento de la ingestión de líquidos, ayuda a compensar la deshidratación y la disminución del volumen sanguíneo. Este mecanismo regulador, unido a otros que influyen sobre el volumen plasmático, son muy importantes para mantener la presión arterial.

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